El agua es un elemento fundamental para la vida y para el desarrollo de casi todas las actividades productivas. Y la minería no es una excepción. Pero se ha asentado una narrativa que dista de la realidad, ya que en el Perú la minería utiliza alrededor de 1.7% del agua superficial; mientras que la agricultura y el consumo humano alcanzan alrededor de 80% y 12%, respectivamente. El resto (6%) se destina a uso industrial. 

Pese a la evidencia se han tejido una serie de mitos alrededor de su uso en minería, motivado muchas veces por sesgos ideológicos o intencionalidades escondidas. El objetivo ha sido generar conflictos entre esa industria y las comunidades localizadas alrededor de las áreas de operación minera. Por años, esa estrategia ha logrado su propósito efectista y, ante ello, el sector minero se ha esforzado en desarrollar prácticas y soluciones que optimizan el uso del líquido elemento en la gestión de los recursos hídricos. Por ejemplo, sistemas de recirculación, descarga cero, uso compartido, infraestructura verde, abastecimiento poblacional, plantas de tratamiento de aguas residuales, tratamiento de relaves, desalinización de agua de mar, etc.

Una visión puramente técnica

Por encargo del BID, en apoyo a RIMAY, proyecto del Ministerio de Energía y Minas, Ludens hizo el seguimiento y cobertura de un taller de tres meses que reunió a expertos en la gestión de recursos hídricos en la cadena de valor de la minería. Los expertos provenían del sector público, de empresas mineras, de la sociedad civil, de organizaciones de desarrollo o de la academia. Haciendo prevalecer el concepto multiactor, participativo y de cuenca hidrográfica como unidad integral, se compartieron y analizaron las mejores prácticas nacionales e internacionales seleccionadas. Consideración especial tuvieron sus indicadores de sostenibilidad económica, social y ambiental, importantes en contextos de crisis y de cambio climático. Todo ello con el propósito de evaluar el potencial de replicabilidad o adaptación de cada experiencia a otras realidades de manera costo-eficiente y sostenible. 

Entre esos proyectos se contó con algunos promovidos por la Autoridad Nacional del Agua, el Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales de Alemania (BGR), CEPAL, las universidades San Agustín de Arequipa, Colorado State University, Queensland University; así como de las empresas mineras Poderosa, Quellaveco, Southern Perú, Cerro Verde, Nexa, Antamina, Codelco, entre otras.  

Construyendo el futuro

Muchas de estas experiencias no eran conocidas entre los propios especialistas y, dado el éxito del taller, decidieron crear RIMAY – Grupo Técnico de Gestión de Recursos Hídricos para convertirse en una organización con opinión especializada, divulgadora de conocimiento y de carácter eminentemente técnico. En ese sentido, eligieron su directiva, que preside la Sra. Julia Torreblanca (Cerro Verde), en la que la acompañan Armando Gallegos (Gerens), Miguel Incháustegui (Consultor y exministro de Energía y Minas) y Edwin Guzmán (Asociación Civil Labor); con la asesoría técnica de Vinio Floris (Consultor internacional) y Juan Carlos Sevilla (ex Jefe de la ANA).  

En busca de su consolidación, el grupo técnico recién formado logró acuerdos con el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), el Ministerio de Energía y Minas, la BGR, Cepal, el Hub de Innovación Minera del Perú y ya cocina alianzas con universidades y otras organizaciones técnicas especializadas.

Por ahora, además del conocimiento, cuentan con una batería de infografías sobre cada proyecto, una Hoja de Ruta con acciones para el corto y mediano plazo, visión, misión y también con un video resumen y de presentación, todos productos elaborados por Ludens. Alianzas, acuerdos, derroteros comunes, grupos técnicos con composición multiactor, que privilegien el análisis, la innovación, que optimizan prácticas y valoran los beneficios en términos económicos, sociales y ambientales por igual… Hacer bien las cosas, eso es lo que necesitamos.